
Conocí a Mohamed, quien me dio indicaciones para llegar a Sukau y me soluciono el tema de alojamiento. Para llegar hasta aquí hay una carretera en construcción durante 40 km. La están construyendo para poder transportar el aceite y los frutos de la palma.
Este es un sitio en el que por fin es posible ver elefantes y demás animales. Por la tarde decidí adentrarme unas horas en la selva y para mi sorpresa a 500 metros comenzaba una plantación de aceite de palma. Lo único que conseguí ver ese día fueron las 6 sanguijuelas que estaban chupando de mi cuerpo.
A la mañana decidí ir en la otra dirección, vi a los pesados de los macacos (ya, aburren) y lo único que vi de los elefantes fueron los restos, es decir las monigas

. Hay una manada de unos 60 que han dejado este lugar hace escasos días, mala suerte.

Decidí ir al pueblo y rentar una lancha a los locales para recorrer el rió que es donde realmente encontré animales y paisajes fantásticos. Tuve suerte, al parecer no es muy normal poder ver orangután, estos viajan siempre en solitario. Vi muy de cerca a los monos pobiscis (los de la nariz grande), al hornbill, un pájaro precioso, enormes lagartos y a los pesados de los macacos.
También vi desde el rió lo que queda de la selva en esta parte. Las madereras que están en esta zona devorando selva han talado todos los arboles grandes y solo quedan los pequeños y algunos grandes a orillas del rió que son de difícil acceso.

Volví a Sandokan después de dos días de relax en aquel fantástico lugar. Se iba a celebrar el gran acontecimiento del año para los chinos, la celebración del mismo. Llevaba viendo desde hacia dos meses como en sallaban en las diferentes ciudades. Dura tres días, que mas o menos se basa en escuchar todo el día música china y ver danzar a los dragones. Todos los comercios cierran y las fiestas se hacen en las casas, pero como en todas las fiestas lo que hacen es comer y beber. Por cierto se pasan estos días comiendo mandarinas símbolo de la celebración.